Envuelto en un halo de leyenda, donde algunos de los protagonistas de la historia de México humanizan su imagen a través de los más diferentes sentimientos, el Jardín Borda continua cautivando a todo aquel que lo visita.
Don José de la Borda, llamado al fénix de los mineros, nació en el año de 1700, pero hay autores que señalan su nacimiento un año antes, en Jaca, España, un 2 de enero. En lo que si estan de acuerdo los autores es la fecha de su defunción, que aconteció en la ciudad de Cuernavaca el 30 de mayo de 1778.
Tenía 17 años cuando José de la Borda arribó al Continente Americano, viviendo sus primeros años en la ciudad de México capital del Virreinato, y hasta 1720 se casó en el Real Mineral de Taxcó con Doña Teresa Verdugo, hija de una distinguida familia originaria de ese lugar.Tuvo dos hijos, Manuel y María, quienes toman los hábitos de religiosos.
Manuel de la Borda y verdugo constructor del jardín, así como del oratorio de Sn. Felipe Neri, hoy Iglesia de Guadalupe. Su hermana se convirtió en Sor María de San José, profesando en el convento de Jesús María de la ciudad de México.Don José de la Borda se dedicó intensamente al trabajo en las minas de Taxco y Tlalpujahua, donde rápidamente reunió una gran fortuna.
El fue un hombre extremadamente generoso y fastuoso hasta la exageración, gasto gran parte de su fortuna en obras piadosas y en regalos fantásticos a la iglesia, al grado que a su muerte casi estaba en la miseria.Su hijo Don Manuel tomo el sacerdocio y llegó a doctorarse en la Real Pontificia Universidad de México, tuvo gran afecto por el estudio de la botánica y la horticultura hicieron que construyera en Cuernavaca un Jardín de recreo; inicialmente solo fue un retiro, pero sus aficiones lo llevaron a construir un Jardín botánico y un huerto de aclimatación.