Chalcatzingo es un yacimiento arqueológico localizado en el valle de Morelos, en el estado mexicano homónimo. Chalcatzingo tuvo su época de apogeo durante el período Preclásico Medio y Tardío de la cronología mesoamericana. El sitio es ampliamente conocido por su importante acervo de arte monumental e iconografía de estilo olmeca. Localizado en la parte meridional de las tierras altas del centro de México, se calcula que el asentamiento fue fundado alrededor del siglo XV a. C. Alrededor del siglo IX a. C., los pobladores del lugar comenzaron a producir obras artísticas y arquitectónicas en las que se puede notar una importante influencia de la cultura olmeca. En su época de florecimiento, entre los siglos VII a. C. y V a. C., la población de Chalcatzingo oscilaba entre quinientas y mil personas. Después del siglo V a. C., el asentamiento comenzó una etapa de decadencia.
El centro ceremonial de Chalcatzingo abarca una superficie de aproximadamente 40 ha. Fue construido en una fértil planicie al pie de dos prominencias orográficas: el cerro de Chalcatzingo y el cerro Delgado. El primero de ellos tiene evidencia de haber sido un espacio ritual de primera importancia para los antiguos habitantes de la región. El clima en el valle de Morelos es un poco más húmedo que en el resto de las tierras altas del centro de México. Un manantial en la falda de los cerros proveía de agua potable a los habitantes de Chalcatzingo.
Chalcatzingo ocupaba una importante posición como nodo de las rutas comerciales que conectaban a Guerrero, el valle de Méxicoy las tierras bajas en el Golfo de México. Este centro ceremonial es uno de los más importantes con evidencia del estilo olmeca fuera del área nuclear, junto con Teopantecuanitlán y las grutas de Juxtlahuaca y Oxtotitlán.
Después de las primeras exploraciones arqueológicas realizadas en el yacimiento en 1934 por la arqueóloga Eulalia Guzmán, en 1972 surgió el Proyecto Chalcatzingo, una propuesta conjunta de la Universidad de Illinois y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dirigido por los arqueólogos David Grove, Raúl Arana y Jorge Angulo, quienes realizaron trabajos en distintos sectores del sitio, que incluyeron el descubrimiento y la descripción de diferentes monumentos en piedra, que en algunos casos pueden considerarse como estelas o parte de altares. Después de cuatro años de investigación, los resultados se dieron a conocer en el libro Ancient Chalcatzingo, en el cual Angulo y Grove describen los monumentos conocidos hasta ese momento, y les otorgan una numeración según el orden en que fueron encontrados.